EL ÁNGEL DEL CERRO
Un ángel anda suelto por el cerro
lamiendo con sus alas el sendero.
Arriba, muy arriba de las nubes
el alma del ángel se hace vientre,
esparce los granos del poema
con palabras de luna y de silencio.
Atahualpa ha vuelto a las andadas
templando la guitarra de los vientos.
Hay aroma a poleo entre la espuma
que va haciendo cabriolas en el río.
Atahualpa es el ángel de los cerros
la voz aborigen de la piedra,
el abrazo solidario de la gente
que entrega el corazón al forastero.
A lo lejos...el agua prisionera
en un amplio callejón
de rocas tiesas
va gritándole al mundo que en la tierra
canta un ángel con luces de profeta.
El Cerro Colorado del poeta
cantor, trovador y aventurero
amanece aborigen en las cuevas
con la lírica bohemia de sus versos.
Mañana-como dijo Atahualpa-
cuando muera. Una voz de pájaros al alba
llevará mi canto desde el roble
para ser poema a campo abierto
y volar absuelto por el cerro
por el Cerro Colorado, mi promesa.
Elbis Gilardi
