vacío y nada.
En la desnuda meseta del silencio,
adormecidas, mudas,
las palabras.
Y en ese desvarío, en ese
pintoresco bazar humano coagulado
en el tiempo,
-arquetipo mental imaginado-
allí, erguido en el imperio
de lo grotesco,
el límpido árbol de tu nombre.
Carlos Garro Aguilar, Córdoba, Argentina.